martes, 18 de diciembre de 2018

Expedición final

Eres la reina perpetua de la naturaleza salvaje,
raíces que se pierden bajo la tierra para tocarte,
las fieras rugen ocultas entre la maleza
suplicando tu respuesta,
mientras el plumaje hermoso de las aves
pretende imitar tu piel.
Dime, ¿qué embrujo invisible tiene tu voz sobre la selva?
¿Cuál es tu nombre en medio de la noche diamantada?
He de confesarlo ahora
pues temo por mi vida
y sé que de seguir aquí
a la intemperie de tus deseos
no sobreviviré las horas,
he sido yo el explorador indiscreto,
buscando la naturaleza viva de tu ser,
he sido yo el profanador de la tierra,
insolente guiado por curiosa devoción
hacia la belleza indecible
en el seno de lo oculto,
listo para descifrar el misterio,
aún si me devoran tus fauces.

domingo, 16 de diciembre de 2018

Milagro

Recién estallaban los cañones,
¡Viva Cristo Rey!
El filo de la espada resplandecía
cegando los ojos de campesinos
que esperaban el torrencial de septiembre
días de lluvia que no pararon,
hasta que el río Lerma desbordó,
tierras inundadas y asentamientos devastados.
¡Suban a los techos, ahí viene el río!
Gritaban con espanto hombres y mujeres,
con gran pesar miraban el agua y el tiempo correr.
¡Que salga la Reina!
Madre del Salvador,
que nos proteja su imagen bendita,
llevaron a la Virgen del Refugio en procesión,
y al asomar la luz de su rostro
cruzando por el arco central
del extenso atrio parroquial,
el ímpetu de las aguas se calmó
descendiendo pronto su nivel,
como si el brillo azulado de su manto
anunciara el final de una noche segura
y el Sol que ella cargaba en sus brazos
proclamara un nuevo y próspero día.
Aquel milagro que salvó al pueblo
renovó la fe de sus habitantes
y es bien sabido hasta el día de hoy
que tenemos un refugio en su corazón.

viernes, 14 de diciembre de 2018

Digono

Al llegar jamás pensé en quedarme,
tan solo curar mi impericia,
arrojarme a un mundo más complejo,
pisar un peldaño de granito,
hacer una carrera hasta desfallecer,
ahogarme y rescatarme,
pero la camaradería y la complicidad
se tornaron en gemas invaluables.
¿Cuánto se puede aprender de los amigos?
La calidez de un “buenos días”,
cartas mágicas para pasar el rato,
sentarnos y comer todos juntos,
el gran consejo de la experiencia
y las buenas ideas de la novedad,
cada conversación surgía de los ángulos,
uniéndolos creábamos figuras nuevas
y yo crecí, gracias a todos estos ángulos,
nunca se trató de un escalón,
ha sido la cima, que juntos hacíamos más alta.

domingo, 9 de diciembre de 2018

Sagrario

Esta tarde es triste y llueve tanto,
como un lamento de mi memoria,
recuerdo el polvo sobre los estantes,
las cosas que eran y que desprecie,
el pasto crecido que ya no quiere mi atención,
aquellos espejos rotos y botellas vacías,
el brillo azulado de un coro de ángeles,
yo que descuide por completo la casa mía,
ya  nada es mío ni puedo robarlo,
ayer que decidí cuál era mi dicha
y hoy que solo vivo por estar vivo,
por eso esta tarde salgo apresurado,
sin abrigo ni besos de despedida,
camino entre las calles y callejuelas,
sin detenerme con nadie ni nada,
nada ni nadie se queda conmigo.

Y al estar de pie, con ganas de llorar,
frente a las colosales puertas,
quieto como si hubiera golpeado un rayo
y con una hambre inmensa,
me miran jueces bien abiertos que van saliendo
y pienso que ellos dicen con voces muy bajas
¿Quién será este hombre?
¿Qué tristezas le tienen tan enfermo?
O ¿Cuánto habrá tomado este infeliz?
Hace mucho que ya no bebo,
hace poco que ya no aguanto,
doy un paso y me adentro en la parroquia.

Me muevo entre las bancas y los nichos,
¿Quién de nosotros o de aquellos
podría erguirse hoy sobre un nicho?
Si no hay cosa material que nos sostenga,
si cada mujer y cada hombre se tiene
a sí mismo como  una verdad indecible,
una conciencia gris, sin temor ni dolor.
Al acercarme discretamente al altar
puedo contemplar esas manos,
las dos manos santas clavadas,
las espinas que atraviesan al hombre
y el rostro doliente que busca al Padre,
no encuentro consuelo,
ya no contengo el llanto
y me doy cuenta que una mujer me está mirando,
una mujer de carne y hueso,
que me mira con compasión,
como si yo recién me hubiera bajado de la cruz,
como si supiera perfectamente
cuanto dolieron las espinas y los clavos.

¡Oh dios mío!
De haber sabido antes que estabas aquí
quizás yo no hubiese sido indiferente,
aquí en este sagrario inmaculado
que es un refugio para el pecador
y que me mira como mi madre,
es que a veces de Dios,
uno necesita una madre.

¡Oh madre mía!
De haber sabido antes que te tenía,
tal vez yo habría sido mejor hijo,
mejor hermano, mejor padre
y ahora que me doy cuenta
de que nada de esto me fue ajeno
pero que por elección lo ignoraba,
quiero atenderlos a todos.

Quiero volver arrepentido a mi hogar
y ofrecerles a todos un acto sincero,
quiero calmar esta hambre de amor
y ofrecerles a todos un pan caliente,
a los estantes, el pasto y los ángeles
con la fe que había perdido, hasta hoy.

lunes, 3 de diciembre de 2018

Claustro

Un patio cuadrado con cuatro rostros familiares,
cuerpo, intelecto, espíritu y su relación fuera del yo,
encierra al hombre en toda su dimensión,
le resguarda y le da acceso al mundo y sus inquietudes,
en el centro, sobre una imponente fuente de granito,
la Inmaculada Concepción ofrece su fiel oración,
guiando a los frailes desde maitines hasta completas,
solemne incienso que huele a casa amada,
y la sombra de un árbol que recoge regalos frutales,
el penitente recorre el claustro, sin prisa,
como un niño que visita la casa solariega,
admira con asombro las altas arquerías,
descansando sobre columnas y dobles columnas,
cada piedra esta bendita y guarda en si un secreto,
una promesa invisible y misteriosa,
tanto que ni él mismo advierte su naturaleza,
sin advertencia, desaloja el silencio
por aquel murmullo quedo de la confesión,
y el penitente se marcha,
a veces algo preocupado,
de si lo habrá dicho todo
o si acaso volverá mañana,
el claustro le parece como una estancia,
ubicada entre lo mundano y lo sagrado.

martes, 27 de noviembre de 2018

Armonía matutina

Amor, amor de mi vida,
hoy te canta la mañana
con la armonía de las aves,
por encima de las angustias
y los rumores de este mundo,
y ese trinar dulce lleva para ti
mis deseos más amorosos,
una mañana de paz y de bien.

domingo, 11 de noviembre de 2018

Inmortales

Quisiera dormir junto a ti,
dejar que las horas pasen
y que ya no vuelvan,
aún si me cuesta la vida,
subir a la cima de este cielo,
entregaría el verso inmortal,
a cambio del verso contigo,
y despertar a tu lado,
levantarnos y ocuparnos
con el peso de este mundo,
para más tarde removerlo,
volver la ligereza y su calma,
renovarnos los dos juntos,
tu a mí y yo a ti, por siempre.

sábado, 3 de noviembre de 2018

Escapulario

En medio de las llanuras interminables,
donde el frío mordisquea mis orejas,
se presenta ante mí como una mujer,
dueña de las formas más seductoras,
dando saltos entre arbustos de espinas,
sudando dulces perfumes irresistibles,
se pierde entre la maleza y se vuelve otra,
la estatua de oro que nada ve y sin embargo,
sabe de mis deseos, juega con ellos entre sus dedos,
el poder con sus muecas miserables,
embistiendo mis sentidos,
tratando de hacerme caer
hacia una fosa sedienta,
hacia un manantial flotante,
donde todos nos estamos mirando
hasta que la esperanza se agota;
ahora abre sus ojos en un fuego astral,
apuntando a mi pecho con la lanza,
para incendiar mi cuerpo y mi alma.
¿Cuántos otros habrá consumido ya?
Pero no, no puede hacerme daño,
Me he puesto un yelmo sagrado
Para librarme de sus acometidas
y llevo puesto un escapulario
con cinco llagas encendidas
que me hieren y me salvan,
descansa en mi mente y en mi corazón
un cántico entonado por el universo,
piérdanse de mi los caminos contrarios,
los caminos inciertos, yo sé a dónde debo ir.
Me he atado con una cuerda firme,
para no desviarme de mi objetivo
y así sostenerme ante la ventisca,
esta es la alegría que inunda mi alma,
sé quién soy y he elegido mi camino,
esta es la virtud que corona mi dicha,
cada uno de mis pasos está seguro;
y aquella estatua de oro, aquella mujer,
ahora se vuelve viento aullante,
frío enfurecido y niebla mortal,
pero no me detendré, ya falta poco,
seguiré por las llanuras hasta alcanzar la montaña.

viernes, 26 de octubre de 2018

Soñé que era un árbol

Vino a mí como una alondra triste a media mañana,
yo era un árbol silente de ojeras largas y ramas cansadas,
se posó y no me opuse,
pude haberla despedido:
¡Vete lejos! No añadas más peso a mi cuerpo,
yo ya entregue mis frutos y merezco descanso.
Pero no lo hice,
la deje estar,
me miró con unos ojos de quien no entiende el mundo,
ni el dolor, ni la muerte,
–Oh pequeña ave –pensé–.
¿Qué maldad habrán descargado sobre tu espíritu?
¿Con que afilado puñal han atravesado tu corazón?
–Oh Señor árbol –me dijo–.
No sé porque lo ha hecho,
un niño me ha lanzado una piedra,
estoy herida pero yo no hice nada,
no lo entiendo.
–Es el hombre
–conteste–. No tiene remedio,
aquel espectro de luz,
millones de años atrás,
no lo ha dejado germinar,
y si acaso esa luz llegara a brotar,
no creo que estemos aquí para verla.
Pero tú tienes un don,
eres libre y pequeña,
yo estoy aquí, inmóvil.
Este es mi cuerpo, esto el tuyo,
yo doy vida, tú la transformas,
a través de ti, el universo canta,
no te desveles como yo
en cambiar el ritmo de las cosas,
de todo cuanto hay, llegará la hora,
somos la musa, la herida, el olvido.
–Lo entiendo –me dijo–.
–Duerme ya –le ordene–.
Desperté.

miércoles, 24 de octubre de 2018

Compromiso

Mujer, me he acostumbrado a ti,
a tu pelo, tus cejas y tus manos,
a todos tus dones e imperfecciones,
yo puedo ser yo, sin ti, antes y ahora,
pero te elijo a ti para ser juntos,
un ahora que persista en el tiempo,
sería entonces mía la dicha
al escucharte decir:
Yo te elijo a ti, amor mío.

domingo, 21 de octubre de 2018

Sabiduría

¿Quién hay que sea sabio en este mundo?
Alguno que sepa anunciar lo que está oculto,
todos nacemos sin entender,
no hay maestros entre nosotros,
solo viento de orígenes remotos,
sopla y hace a las hojas caer,
luces entran y salen por los ojos,
poco tiempo hasta el anochecer,
tenemos miedo a las garras y a la oscuridad,
solo en asistencia divina se contempla la verdad.

sábado, 20 de octubre de 2018

Destino

A una cierta hora de la noche,
un rumor atraviesa las calles,
comienza como un susurro entre la niebla
que hace temblar a las casas ya dormidas,
no se distinguen sus gestos e intenciones,
viaja como un incienso arcano
dejándose respirar en el aire
y aquellos que sienten el horror helado
subir por sus cuerpos hasta la nuca,
quedan paralizados en un rincón lejano del ahora,
los minutos lo vuelven más pesado,
hasta que hibrida entre el sueño y lo real,
una máscara de plata,
cabalgando un manto,
es un acto fantasmagórico insoportable,
él es la muerte, está enfadado,
pero no me importa,
yo no le he hecho enojar,
yo solo puse la piedra,
tense los hilos,
soy el que corre bajo la lluvia
entrando en callejones oscuros,
el que salta en las escaleras
y deja las puertas sin seguro,
el que se adentra en el bosque,
recorriendo un largo camino
de tinieblas antes de alcanzar
el resplandor de la conciencia,
soy la mano que mueve piezas ajenas,
entregándole la partida al rey negro,
soy una carcajada despreocupada
que hace eco en la habitación,
hasta que el rumor atraviesa
y presenta su rostro atroz,
solo entonces me callo y me voy,
me voy para buscar suerte en algún otro lugar,
donde pueda moldear el destino, una vez más.

martes, 16 de octubre de 2018

25 años

Mi corazón se alegra, estoy en paz,
ya no ignoro las horas y sus males,
que entran y salen de mi habitación
con sus pasos lentos y estridentes.

Porque ahora hago todo cuanto quiero,
porque no me he limitado
para transformar mis palabras de amor,
de miedo, de odio y dolor,
en un acto incorruptible de mi persona,
sin imponerme sobre los demás,
porque no he renunciado a expresarme
y no he olvidado mis promesas.

Hago realidad mis anhelos con mi esfuerzo,
escribo y respiro como una sola necesidad,
sigo disfrutando al contemplar las aves
y escucho la poesía anónima,
que corta furiosa el aire en las calles,
contenida durante ocho horas diarias,
danzando en las azoteas de los edificios,
muriendo sobre el césped y lodo de días lluviosos.

Soy el hombre que quiero ser, hoy,
conservo todos mis errores como cuentos preciosos
y me enorgullezco de mis logros y virtudes juveniles,
mi corazón se alegra, estoy en paz.

Crecer y conocerme es la simple dicha que envuelve mi alma.

domingo, 30 de septiembre de 2018

Intruso

En una ocasión yo pude verlo, yo fui testigo,
por eso puedo respaldarte querida amiga,
hace mucho y también ocurrió por la noche,
luego de llegar cansado de mi oficina,
después de mirar mi dolor y acostarlo,
termine mis rituales y borre mis huellas
para ensuciar de nuevo todo mañana,
luego trate de dormir pero no encontré sus brazos,
ya nada es igual en esta casa,
todos los cuadros están inclinados
y cada tierna imagen se cae de nostalgia,
aquel cálido recuerdo de su cuerpo vivo,
la brisa salada rasgando nuestra piel,
el sonido de las gaviotas a la distancia,
es un llamado perpetuo a mi tristeza,
todas mis noches el mismo desvelo,
hasta que actúan los medicamentos,
otorgándome el cansancio para dormir,
una vez arropado en mi cama,
a punto de penetrar el sueño,
un presentimiento me asalto,
como si estuviera siendo acechado,
abrí mis ojos y levante el torso,
fue entonces cuando pude verlo,
se presentó en mi hogar como gran señor,
aquel mismo intruso que tú describes,
el mismo fenómeno del que me hablas,
un orbe de luz flotando en la habitación,
solo que a diferencia de ti amiga mía,
aquella luz no atravesó mi cuerpo
ni me hizo volver pronto al sueño,
no, más bien pude ver como se extendía,
como un estambre anaranjado, 
desenredándose en mi habitación,
una línea horizontal y serpenteante
que se construía frente a mis ojos,
no recuerdo ver el comienzo de esa línea,
solamente su terrible avance sin prisa,
luz naranja a poco más de un metro de mí,
flotando de izquierda a derecha,
creció hasta casi tocar la pared y se detuvo,
ahí fue cuando deje de sentir mi cuerpo,
la pesadez me lo fue arrebatando
y quise entregarlo por fin al sueño,
dormí o eso pensé, perdí la conciencia
en un espectro de luz naranja
que me lanzo a los rincones difusos
repletos de sensaciones fantásticas,
me hundí hasta disolver los espejos,
exhalé todos mis lamentos sin darme cuenta,
contemplando mi cuerpo ahogado en la arena
y como todas las piedras reflejaban la luz naranja,
me perdí y después de un tiempo desperté,
sentado al borde de mi cama y ahí estaba ella,
entregada a mí por aquella luz indiscreta,
yo la vi, era ella sentada a un lado de mí,
estire mi mano para tocar su rostro
y la alcanzo para ponerla sobre su pecho,
sentí latir un ritmo de dulzura serena
llevándose así mi dolor para siempre,
sus ojos amorosos penetraron los míos
mientras su perfume impregnaba la habitación,
solo entonces pude acostarme para dormir,
bajo el arrullo de su voz, bálsamo divino
y su mirada protectora acudiendo a mí,
ella mi ángel, mi corazón y mi calma,
volvió por una noche
como un intruso
de resplandor naranja.

martes, 18 de septiembre de 2018

Desenlace

Que placer reposa en la luz más fuerte,
que terror se asoma curioso y culpable,
al perdernos en el sobresueño del amor,
hacemos un acuerdo místico,
para vivir en el preolvido de nombres,
atándonos a la inagotable sed,
para llenarnos los ojos de cielo y estrellas
y la boca de perfumes y de fuego aural,
adentro, las almas se retransforman,
se dejan tocar en su alquimia,
en los ríos y los valles, los senderos olvidados,
las sombras y sus calles, los edificios suspendidos,
adentro, nadie duerme, la piel espera,
el llamado perpetuo de la montaña,
promesas devorándose sin dolor,
escapando como ángeles profetas,
que deseo nos hace añorar esa mirada,
para volvernos cosas y algunos personas,
que necesidad nos gobierna hasta morir,
baila y canta, hasta fundirnos en ámbar.

sábado, 8 de septiembre de 2018

Reunión

Te escribo con las letras que quedaron
sobre el suelo que extraña tus pasos,
porque no soporto verlas hechas polvo
con los armónicos dolientes de mi soledad.

He sido atormentado por los años
y hechos que me arrebataron tu infancia,
me volví preso del silencio y la distancia
reflejados en tu mirada de adiós.

Esta es la carta de los errores incontables,
la súplica de cosas que hicimos imposibles,
la sombra presente que no nos deja
y un llamado firme de reconciliación.

Te lo ruego, antes de mi muerte,
ven a verme
y todas las palabras se levantarán,
habla conmigo
y podre componerte cantos nuevos,
vuelve la luz a mi vida
y así mi corazón se alegrará,
así mi corazón se alegrará.

martes, 28 de agosto de 2018

Fracaso

Es algo que ya no puedo soportar,
cuando asoma su cara en la habitación,
entre cambios de máscara y escena
puedo ver su expresión de fracaso en mí,
sus ojos de ira que se resisten al llanto,
que no se atreven a mirarme
ni tampoco a rendir su orgullo,
sus labios que se estiran con vergüenza,
que no alcanzan las palabras
pero pretenden dar respuestas,
puedo ver cómo quiere estallar,
todo es un caos oculto celosamente
que se extingue antes de gritar,
su cuerpo un todo, vuelto desastre,
piernas y brazos de atril olvidado,
rodillas cansadas llenas de óxido,
muñecas que crujen anunciando algo
y una cabeza que escupe humo negro,
quizás vestigio de algún deseo o ilusión
devorados por el fuego de este mundo,
puedo ver las horas de su esfuerzo,
huellas delineadas sobre su piel,
no puedo ignorar su cara quebrándose,
su furia en mí, su temor en mí,
que alguien lo ayude, yo no puedo,
que alguien le enseñe a fracasar.

lunes, 20 de agosto de 2018

El milagro de nuestra unión

Por la mañana te levantas sobre mis labios,
con dulces palabras que me hacen despertar,
tan radiante y tranquila como las flores,
que brotan para conceder su belleza,
solo respiro con el brillo de tus ojos
y puedo sentir tu confianza palpitando en mí,
mientras mi alma se regocija entre tus manos,
exhalando el milagro de nuestra unión.

domingo, 19 de agosto de 2018

Los primeros versos

Recuerdo alguna vez haber visto su rostro,
sentirme volar y marear de belleza,
haberme dejado llevar por la palabra,
lentamente sumergido en el sonido,
enfermando de un placer novedoso,
que sostenía mis sentidos con su significado,
antes de los músicos, los ideales egoístas y las heridas,
en el nadie de la luz versátil,
antes de los libros, los romances feroces y toda la locura,
hablando de lugares no vistos,
recuerdo haber tocado su rostro
y entregarme felizmente a su capricho,
recuerdo su presencia rozagante
y como todo aquello fue puro y verdadero.

domingo, 5 de agosto de 2018

Placer y desfallecer

Que consuelo tan preciado
se encuentra en el cansancio,
de pie ante el umbral del colapso,
cargado de satisfacción y fracaso,
a punto de entregarse al sueño,
ligero para dormir en el fuego,
tocando sin sentir en el cuerpo
armónicos de algo raro y bello,
abandonando el dolor de los huesos,
sin saber si algún despertar aguarda,
entre gemidos mudos y quietos,
que intentan restaurar el alma.

domingo, 29 de julio de 2018

Pobre hombre

Soy pequeño y me compadezco,
reconozco y expreso mi sufrimiento,
en tristes palabras que me recuerdan otros tiempos,
me oscurezco y mi mente se queda en ecos dispersos,
qué fácil es mirarse y sentir lástima propia,
qué confortable es estremecerse en la miseria,
y solicitar al cielo una bendición,
y esperar sin ninguna otra acción,
pero qué difícil es ver la miseria ajena,
enterarse y compadecerse del hombre,
qué difícil escuchar el dolor y la pena
¿Quién de nosotros merece ser pobre?

sábado, 28 de julio de 2018

Súplica del yo perdido

Hombre de lata, ya ni tu corazón responde,
contesta, las sombras que quedan se quieren enterar,
la melodía silenciada por un grito vacío y pobre,
se cuelga de la razón, ya ninguno vuelve a su hogar,
el alma se quiebra en múltiples ecos,
cuando se venden todos los deseos.

Hombre de lava, solo te comes lo que está vivo,
y mientras más creces, más te adornas y consumes,
en poco tiempo solo quedará un lamento tibio,
los últimos rescoldos de un corazón que sufre,
ya verás, la fuerza y la ambición se acaban,
abandonan el cuerpo aún de los que más aman.

Hombre de polvo, tú mismo te has perdido,
rodeado de singulares formas que solo estorban,
debes volver y buscarme ahora, te lo exijo,
en alguna parte, afuera o adentro de las sombras,
donde convergen las aguas y las aves se alimentan,
donde el sol no puede entrar y los minerales charlan.

martes, 24 de julio de 2018

Un sueño de ayer

En aquellas ciudades donde perdí amigos,
me olvide de mi nombre y aligeré mi carga,
hice todo cuanto pude por la causa,
como individuo, nunca como masa,
me encendí en llamas con el ideal de la justicia,
dicen que recorrí siempre las mismas calles en vano,
pero a tu lado, tomándote respetuosamente de la mano,
enterados de que hay algo bueno en el ser humano,
por lo menos eso fue lo que dejamos escrito,
tocados por aquella mancha inherente del bien hacer,
no hubo temor ni duda, solo un loable y tormentoso deber,
un ideal para quien pueda expresar un sueño de ayer,
no sería yo si no fuera por ti, amiga mía,
entre libros te defendí a ti y al mundo hasta la última letra,
me preguntaron los libres y los enfermos si valió la pena,
pero ellos no saben morir ni encontrar toda su fuerza.

lunes, 16 de julio de 2018

Volar

Veo las nubes moverse con una calma monstruosa,
acariciando las montañas con sus dedos fríos,
como llamándolas a despertar de algún sueño,
solo para tener su atención y entonces devorarlas.

Miro el verdor que se desvanece olvidándose de mí,
su rostro queda cubierto en blancura y levedad,
mi cuerpo se estremece al ver este mundo,
amando como todo se consume en nubes.

Llevándose mi razón ante las puertas de reinos ocultos,
donde las voces viajan a través de ensueños flotantes,
donde las formas cambiantes entran por mis ojos,
confundiéndome con su belleza imposible, escandalosa.

Su suelo se propaga sin piedad y se convierte en criatura,
soltándose de sí y otorgando formas a mil criaturas más,
cada una con sus inquietudes y caprichos,
apoderándose de mí y elevándome más.

martes, 3 de julio de 2018

La fiesta de mi pueblo

Me levante temprano, ya me había bañado y vestido cuando el sol apenas iba saliendo, hoy tengo mucho que hacer antes de poder salir y divertirme, primero termine de desayunar una torta de frijoles y mi leche con chocolate, luego saque a los perros para lavar el corral y les puse su comida, también medio me pongo a jugar con ellos, el Barbón, la Gorda, la Manchas y el Toro pero solo un poquito porque luego se alborotan todos y tengo que lavar otra vez , aunque si es divertido lanzarles los huesos para que corran y me los traigan o que den vueltas y brinquen por todos lados. Mi papá me habló justo cuando termine, ya sé que sigue, vamos a arreglar los carros, mi papá es mecánico y a diario le traen carros para que los componga, los revise o les cambie piezas, a mí me gusta ayudarle pero me gustaría hacer otra cosa cuando sea grande, como doctor para ayudar a la gente o luchador para tener un traje bien padre y pelear con los malos, hasta podría ser luchador de día y doctor de noche por si se me pasa la mano con uno y pues ya después lo curo y a mis amigos también los curaría; le paso piezas y herramientas a mi papá para que trabaje en los carros y le ayudo con lo que me deja.

Mi mamá me tenía siempre al tanto de las festividades, que si San Juan y el palo encebado o que si san Martín y vamos a llevar a los perros a la bendición, pero hoy es el día más importante, la fiesta más grandísima, la fiesta de la Virgen del Refugio patrona de Acámbaro, ella nos salvó de una inundación y muchas cosas más, yo ni había nacido pero mis abuelitos y los demás grandes cuentan de cuando apenas se había fundado el pueblo hace muchos años, que traían gente de todas partes al templo del hospital, el único lugar donde se podía atender a la gente y ahí a los enfermos y a los pobres siempre los curaban y los cuidaban, el templo lo atendían los frailes y ellos enseñaban a los demás a curar a los enfermos, a construir casas, relojes grandotes de sol y acueductos y muchas cosas más; un día la presa de no sé dónde se rompió y el pueblo estaba en peligro de que se inundara pero los frailes llamaron a toda la gente, salieron a la calle y le rezaron a la Virgen del Refugio para que no dejara que el pueblo se inundara, y los salvó, el agua estuvo muy cerca pero se desvió, todos estaban muy agradecidos y contentos por el milagro, sobrevivieron y el pueblo se unió más; por eso hoy vamos a ir a misa de 12, para agradecer todo lo bueno que ha pasado en este pueblo y a nuestras familias y al rato en la noche a ver las cascadas de cuetes y el castillo; bueno parece que por hoy ya terminamos de arreglar los carros, mi papá dice que cuando crezca me va a enseñar a manejar, ya quiero crecer y cuando sepa manejar le voy a enseñar a mi hermanito. Él es mucho más chico que yo pero me sigue a todos lados y mis papás lo dejan porque saben que lo cuido bien, y él también a mí, le estoy enseñando a chiflar con los dedos en la boca, ya mero le sale. Ahorita que ya podemos salir estamos defendiendo el patio de los monstruos de tierra, dejamos bombas de hojas para que las pisen y salgan volando y si nos encontramos uno lo cortamos con nuestras espadas  de rayo, a veces sacamos a los perros para que nos ayuden a vigilar el perímetro pero hoy podemos nosotros solos. Nos está llamando mí mamá para almorzar; mi mami nos preparó un rico caldo de res, bien picoso y bien calientito con un elotito, así es como más me gusta y a mi papá también.

Ya nos vamos, salimos de la casa pero primero debo revisar que los perros estén en el corral y no se vayan a salir, extraño al León, él fue mi primer perro pero dejamos la puerta abierta, se salió y ya no supo volver, lo extraño mucho. Vamos pasando por el INE que está casi enfrente de la casa, cuando hay elecciones hay mucho relajo y hacen mucha fiesta, cuando sea grande voy a ir a votar, aunque mis papás dicen que eso ni sirve pero yo si quiero votar. En el camino nos encontramos a la vecina Mari, nos saluda muy contenta y dice que nos vemos en misa, es buena amiga de mi mamá, también nos encontramos a la señora barbona, no sé cómo se llama pero da miedo, dicen que es muy fuerte y enojona, yo no sé pero veo como que anda buscando a alguien, a lo mejor está perdida. Hay mucha gente en la calle, lo bueno es que vivimos a pocas cuadras de la parroquia, creo que hoy van a cantar los niños en la misa, a ver si ya les sale más bonito. El párroco se ve muy contento, los saluda a todos en el atrio y es que es muy buena gente y les habla bien a todos, saluda a mis papás y ellos también lo saludan, ahora si ya entramos a misa.

Después de la misa salimos al atrio parroquial, hay mucha gente recorriendo el centro, gente que viene de visita y personas que nacieron aquí pero se fueron a otros lados, así es cada año y se quedan muchos días, está bien si quieren venir a visitar pero creo que lo único malo es que dejan mucha basura. Nos vamos a la casa a seguir con nuestras cosas y ya no regresamos hasta la noche, salimos como a las 8 y ahora hay todavía más gente que en el día, personas paseando por los jardines y el bulevar, en cada esquina se pueden ver puestos de comida riquísima, churros de azúcar rellenos de mermelada de fresa, de chocolate, lechera o cajeta, elotes asados en palito o en vaso, garbanzos bien cociditos, para cenar bien unos grandes pambazos y unas ricas enchiladas o si quieren más ligerito unos buñuelos con su atole de avena, de fresa o de chocolate. Mis papas no nos dejan andar solos por tanta gente que hay, vamos a visitar el templo del hospital y al salir pasamos a un lado de la pila taurina, ahí están los futbolitos, donde jugamos con mis primos desde siempre y enfrente están los juegos mecánicos, nos podemos subir a la oruga o al dragón, a mi papá y a mí nos encantan esos juegos, mi hermano solo se puede subir a la oruga o al carrusel porque van más despacio.

Ahora si lo mas chido, ya es hora del castillo, es una cosa  enorme,  la arman con mucho cuidado y tardan mucho tiempo, solo unas familias se encargan de eso y lo hacen muy bien, es un palo grandotote que lleva muchas ruedas y palos más chiquitos con montones de cuetes y luces que están listos para prender cuando el párroco le dé la orden al señor que construyo el castillo, lo ponen en el centro del atrio y cuando lo prenden cada rueda y cada palo se empiezan a mover en orden y… El padre ya dio la orden, ya empezó a prenderse, cada pieza del castillo se va moviendo al ritmo de tambores y trompetas y cantos de la gente, se ven figuras que se forman por todo el castillo, colores fuertes y alegres, flores verdes, azules y rojas que se mueven y giran y giran, campanas doradas, estrellas plateadas, frailes bailarines, angelitos con trompeta, uno detrás del otro y las chispas vuelan por todos lados como que juegan entre ellas. Luego empezaron los chifladores, unos cuetes que están amarrados a unos círculos que giran y giran y llenan de luces el lugar haciendo un sonido especial, es una chifladera tremenda y a la gente le gusta mucho. Siempre hay niños que corren por debajo del castillo mientras truenan los cuetes y se ilumina el atrio, burlándose del peligro, se vuelven los héroes más grandes del mundo por un día y todos los recuerdan, hoy me toca a mí ser el héroe, solo le digo a mi hermano: “quédate aquí chaparro, cuando seas de mi tamaño te tocará intentarlo”. Espero mi turno y corro con todas mis fuerzas por debajo de las chispas y siento como zumban mis oídos, aprieto los dientes y corro más rápido para salir del otro lado del atrio, ni una sola chispa me toca, ahora de regreso, todavía más rápido, veo las luces rojas y verdes luego moradas y azules y el ruidazo de los cuetes, pego un brinco y las chispas me peinan la chamarra pero yo salgo como campeón y vuelvo a dónde está mi familia, todos me miran sorprendidos, más mi hermano solo mis papas no, me regañan pero valió la pena, mi papá me da una palmadita y mi mamá me abraza.

Más cuetes iluminan el cielo explotando cuando llegan bien arriba, todavía falta la pieza más grande del castillo, casi hasta el tope, la que nos emociona a todos, porque ahí por un lado ponen a la Virgen del Refugio y por el otro a San Francisco de Asís, pero cada vez diferente, con más adornos y colores, todo muy padrísimo; escuche a una señora junto a mi decir: “cuando estuve en Washington no hicieron esto”. Claro que no, ni en Washington ni en ningún otro lugar del mundo hacen el castillo como en Acámbaro, esto solo es posible aquí, es como una magia en aire, se ilumina el cuadro con la Virgen y la música no para, su vestido, las flores, el niño en sus brazos y los angelitos a su lado brillan como nunca y gira para dejar ver a Francisco con su hábito muy bonito y palomitas a su lado. Ya solo queda la corona, una vez escuche a un niño decir: “A mi prima le callo una vez la corona en la cabeza”. Y yo si le creo, ahora la corona se ilumina en la cima del castillo y gira muy rápido hasta que sale disparada con mucha fuerza y se queda volando un rato en el cielo, por unos minutos que parecen horas,  la noche se convierte en día, con toda esa luz y sus chispas, la gente aplaude, chifla y grita muy contenta y luego la corona cae, lo bueno que no le cayó a nadie. Ya termino el castillo y la gente empieza a caminar, pero el padre habla por el micrófono y dice: “No se vayan que esto todavía no se acaba”. Se prenden las luces de la parroquia, pusieron algo hasta arriba, apenas se ve algo colgado de la pared, le piden a la gente que se aparte y cuando todos están más lejos entonces empiezan a salir chispas de las paredes de la parroquia, como una ola de luces y se forma una cascada de colores que van cambiando al ritmo de la música que sigue y sigue junto con las campanas de la torre que retumban, esto es nuevo y muy chido, a todos les está gustando. Cuando termina todos aplauden y algunos se acercan al párroco para felicitarlo a él y a todos los que le ayudaron, el párroco nos da la bendición y dice que sigamos disfrutando de nuestra fiesta. Nos quedamos otro ratito y mi hermano y yo nos vamos corriendo al jardín con los demás niños, jugando a las traes o a los encantados, hasta que mis papás nos llaman, ya es tarde, el día ha terminado y yo creo que nos fue muy bien en esta fiesta, creo que vamos a comprar unas enchiladas y ya nos vamos a la casa.


Fiesta de la Virgen del Refugio de Pecadores 4 de Julio.

miércoles, 27 de junio de 2018

Para un árbol

Acaríciame con la sombra de tu cuerpo
y déjame sentir la frescura,
acaríciame con tus ramas,
con el musgo que crece entre las fisuras,
prefiero el eco de tus voces silvestres
silbando, crujiendo y goteando
antes que los delirios urbanos,
arráncame la piel y dame una corteza,
para soltar mi vanidad y mi fatiga,
para sentir la naturaleza olvidada
de mi alma dormida que añora
el aire perfumado de tus flores.

domingo, 24 de junio de 2018

A los poetas no reconocidos

Vino para el mundo con ojos de dolor,
llegaron desde lejos un coro y una luz
que se precipitaron sobre su rostro,
ellos lo ignoraron y a nadie le importo.

Con el paso del tiempo la miseria lo cerco,
su padre dijo basta y nunca regreso,
la muerte se anunció ante su último amor,
se supo abandonado y decidió partir.

Ya con la mirada llena de estrellas muertas,
se sintió ilusionado y despertó con todas ellas,
por fin en su interior halló fuerzas para crear,
se dedicó a darle a las cosas nuevas formas.

Como una flecha puntiaguda él se manifestó,
atravesando así la más sensible tela del cuerpo,
convirtiendo en imagen los sonidos de su voz
y con sensible mano hizo brotar letras del suelo.

Difícil entender para aquella sociedad,
románticas tinieblas burlándose de lo racional
ninguno se apiado de tanta soledad,
así entrego su obra y su salud al delirio mortal.

Y al transformarse en éxtasis
hizo morir la luz y término la espera,
ahora con su cuerpo ya disuelto,
se dio al final de alimento a las raíces.

Tan solo un verso más para reír y llorar,
la última caricia para un mundo sin pasión,
muere en la distancia con la boca seca
y un alma de papel para leer años después.

martes, 19 de junio de 2018

Los ruidos de una casa vieja

Estoy esperando por una señal,
algo fuera de mí, que no entiendo,
estoy sumergido en estas horas,
hasta que los ruidos me asaltan.

Puedo escuchar desde este muro
sonidos sin origen ni ritmo,
llevándose mi cuerpo de atril
hasta el zaguán, los pasillos y más allá.

Me hacen correr por el enorme salón
donde otro tiempo pude dormir,
donde cada retrato se vuelve ficción,
pieza retocada de una memoria infiel.

Los ruidos aceleran mis pasos torpes,
apenas libro las monstruosas reliquias,
ya bajo por las maltratadas escaleras,
todas las puertas se quedaron abiertas.

Pero no la reja entre el zaguán y la calle,
quedó clausurada en un solemne acto,
del cual ya no hay testigos ni detractores,
solo un obstinado rostro, indistinguible.

Como una mancha indeleble sobre la tela,
porta una de esas muecas aterrorizantes,
de aquellas que uno no puede ignorar,
pues nos cuentan una historia verídica.

Esta historia en particular,
no tiene un desenlace conocido,
un montón de palabras flotando,
volviendo por el vestíbulo.

Me quedo aquí, en el patio interior,
quiero quedarme cuidando el jardín,
donde la noche ignora los lamentos,
me observa y a estas cosas valiosas.

Que de algún modo aún están vivas,
detrás de las ventanas, en los pasillos,
bajo la cama y adentro de las lámparas,
la noche los atiende a todos, menos a mí.

Se quedan dormidas entre las grietas,
canciones de una herencia desconocida
y brotan musgo y ramas con hojas
que trepan discretas las paredes.

Estas paredes se han vuelto tan delgadas,
incluso una persona podría atravesarlas,
los ruidos se vuelven pasos y luego voces,
voces sin conciencia, ni prisa ni deseos.

Escapan de los rincones de la casa,
cerrándose a mi alrededor como una garra,
una pesada, lenta y constante gota de agua,
perforando con fuerza incorpórea.

Algo que es un destello prohibido,
algo que se extiende hasta morir,
sin tocarme, perdiéndose en la ligereza de mi cuerpo,
reagrupándose para volver a desfilar hacia las llamas.

Se dejan caer sobre mí
y cada una de esas voces
se vuelve un sufrimiento
momentáneo y agudo.

No queda un solo cuerpo cautivo
pero aún se pueden contemplar,
los gritos incendiando corredores,
signos insufribles que no tienen final.

Puedo hablar con una voz
que ya no es corpórea,
he comenzado a entender
que soy como una imagen desenfocada.

Que apenas se pronuncia
en la inmensa oscuridad,
como letras que no se borran del papel,
sin importar cuanto tiempo pase.

Siguen ahí, aunque tú no las puedas ver,
ni escucharlas y tampoco sentirlas,
aun así, en ciertas ocasiones,
pueden volver como poemas olvidados.

Solo sus habitantes conocen bien,
los ruidos de una casa vieja,
solamente una casa tan vieja,
puede ser habitada por tantos fantasmas.

La distancia entre todas estas imágenes,
a pesar de estar encerradas aquí,
es algo que las vuelve inalcanzables,
me muevo a través de una soledad eterna.

viernes, 15 de junio de 2018

El naufragio del capitán Niall

Sentado entre rumores cotidianos,
una marea insospechada se asoma,
de repente, los rumores se vuelven neblina,
dejándome una nube gris en los ojos.
Para no dejar de sentirme presente,
me enfoco en un punto visible,
algo que pueda flotar intacto
y mantener mis luces encendidas.

Todo pareciera estar a punto de caerse
pero mantengo la mirada fija
y me decido confiado a levantarme,
hasta que ese punto perfora la superficie,
confundiendo mis sentidos,
como un agujero en la arena,
se empieza a comer sus periferias,
enfoco un nuevo punto a la distancia,
todo vuelve a su lugar, estoy a salvo,
ya puedo ponerme de pie y avanzar,
mis piernas se mueven con dificultad,
como resistiéndose a mi mente.

Mientras me muevo debo escoger otro objetivo,
no le toma mucho tiempo devorar lo que miro,
tres pasos y mi horizonte empieza a perderse,
creo que si miro por mucho tiempo,
desapareceré también,
por eso debo seguir adelante,
debo mantener las piezas juntas,
los ojos abiertos y las piernas firmes.
Doy un paso más, sin sentido, a destiempo,
la madera bajo mis pies ya no es confiable,
todo gira a mi alrededor, me falta el aliento,
mis rodillas tiemblan y mis ojos se cierran.

Mis manos buscan las sogas,
pero alguien se las ha llevado,
¿Qué es lo que me está pasando?
estoy a la deriva y no puedo pelear,
mi boca deja salir sirenas mudas,
espero que ellas se puedan salvar,
un paso más, un objetivo nuevo,
pero cada movimiento se entorpece
y cada imagen se desenfoca,
ahora mi nave comienza a hundirse,
si cierro los ojos todos se ahogarán,
pero ya no tengo fuerzas.

Caigo sobre mis rodillas,
con el mar en los ojos
y su estruendo en mis oídos,
¿Qué es lo que quieres de mí?
solo es una bestia, un capricho,
un castigo por desafiar su poder,
ya no puedo resistirme más,
al final, me entrego al sueño.

viernes, 1 de junio de 2018

Me han dejado sin gardenias

Estas aquí, ilusión encantadora
una vez más, amante inexperto,
mírame bien, no te confundas,
ya han tomado mis gardenias,
aquellas ruines aves lisonjeras,
aquellos los días de mi ceguera.

Tus manos, son preciosas,
las mías están manchadas
y tu pecho resplandece vigoroso,
el mío se resquebraja cual cristal,
pero no te engañes, no soy débil,
pues ya lo veo todo con claridad.

No quiero tu lástima
ni mucho menos tu afecto,
pues no tiene sentido.

No te atrevas a sufrir por mí
o a involucrarte,
lo siento, ya no tengo remedio.

No quiero sus horas prestadas
ni promesas ahogadas en polen,
me quedo en mi luz y mi sombra.

Ya no quiero ver su lucha cruel,
ya no me interesan sus flores,
me han dejado sin gardenias.

martes, 29 de mayo de 2018

Apnea

Subo por tu cuerpo de pólvora,
sin aliento, solo con mi ímpetu
que no se sofoca ni se detiene.

Subo por tu cuerpo de arenisca,
ya sin aire dentro mis pulmones,
resistiendo el colapso repentino.

Sin palabras ni diplomacia alguna,
solo gemidos, labios, deseo y alma.

Entrégame un lugar en tu abismo fugitivo
y devuélveme el aire antes de que muera.

viernes, 25 de mayo de 2018

Estrelicia

Esta plegaria
brota desde mi pecho,
como zarcillos.

Subo despacio,
besando las paredes
entre tu cuerpo.

Toma mis alas,
vengo a entregarme,
anhelo mortal.

Recuerdo días,
vida inconsecuente,
ninguna piedad.

Esto es carne,
es polen de granate,
alma naranja.

Luces perladas,
estela de tus pasos
sobre el jardín.

Incierto final,
que surge inocente
desde el cenit.

Cada ilusión
lleva en si tu nombre,
un néctar azul.

Imagen pura,
no se hará marchita,
con nuestro amor.

Aquí mis manos,
no te dejarán morir,
flor paraíso.

jueves, 24 de mayo de 2018

Mírame, eres tú

Mueren guerreros,
ígneos ideales
son sepultados.

Ínfimos pasos
sobre incertidumbre,
que hoy nos guían.

Runas mágicas
ofrecen su protección,
algún consuelo.

Ante las puertas,
que nunca se levantan,
no te detienes.

Mar indomable
repleto de sirenas,
las musas muertas.

Ecos disueltos
aferrándose a ti,
solo tú los ves.


Esta, tu barca,
navega en tinieblas,
tan vulnerable.

Respóndeme ya
¿Qué esperas encontrar?
El mar es llanto.

Estas perdida,
ya no hay rastros de ti
ni en el aire.

Solo una luz,
un amante ajeno,
un faro vivo.


También puedes ver,
como mis manos flotan
en el pasado.

Último viaje,
las voces corpóreas
te acompañan.

miércoles, 23 de mayo de 2018

Salvaje exterior

Mi rostro se cubre con el manto áureo
de la brisa desnuda que llega hasta aquí,
afuera en la intemperie más sensible,
desabrigado ante la caricia nocturna,
en el centro de las cosas nunca nombradas,
escucho el rugido de los insectos
asfixiando la brisa, una advertencia
y una canción que trepa y anida en mi cabeza,
pidiéndome que me entregue a lo salvaje,
los árboles se agitan y todo se enfurece,
cada movimiento en la maleza indomable
se vuelve un aullido, un nuevo centro
arrancándome de mi y de mi inconsciencia,
las luciérnagas danzan invocando truenos,
la tierra late bajo mis pies inquietos
hasta que una descarga se anuncia,
y me elevo junto con la electricidad,
hasta las copas de los árboles
donde puedo contemplarlos,
ya nadie invoca, ya no existe centro,
ahora puedo distinguir cada sonido,
me entrego al bosque y sus provocaciones
y permanezco vivo o quizás muerto
sobre esta tierra, sin saber cómo salir.

martes, 22 de mayo de 2018

El enemigo

No vengas a mí con la espada,
envuelto en llamas espectrales,
buscando los nombres inventados.

No vengas a mí con una sentencia,
cegado por tu herencia mortal,
siglos de un sinsentido violento.

Contempla mi cuerpo libre
¿Qué puede haber bajo mi corteza?
¿Será acaso un alma?

No hables, compensa esta sed,
ven a mí, indefenso y entérate,
yo nunca he sido el enemigo.

lunes, 21 de mayo de 2018

Tritura mi cuerpo

Toma un fruto
de mis ramas dormidas,
duraznos caen.

Rompe el suelo,
hueso de nectarina
que no se muere.

Intenta mirar
como llenan las grietas
con sus raíces.

Trata de sentir
como se mueve libre
entre tus dedos.

Un solo día
y hacernos eternos
después de comer.

Respira versos
que flotan en el aire,
nutren tu alma.

Abre con tu voz
los deseos frutales,
vivos en mi piel.


Moja tus labios
con el néctar perdido,
báñate en mí.

Ingresa al mar,
fuente de los desvelos
e inspiración.


Canta y duerme,
sube sobre las hojas
hasta mi boca.

Unta mis labios
con tu alma rojiza,
zircón de fuego.

Estrelicia es,
florece en tus piernas
y en tu pecho.

Rodea hombros,
despierta a mis ramas
con tu perfume.

Párteme en mil
y júntame mil veces
adentro tuyo.

Oasis verde
ópalo que fulgura,
elevándonos.

lunes, 30 de abril de 2018

Verso infantil

Todavía tienes esa mirada inocente,
solo que ahora se vislumbra el reflejo
de todos esos anhelos que persigues,
sigues siendo a quien quiero proteger,
solo que ahora eres más alto que yo
y me es difícil cederte mis errores
o algunos más que no son míos,
ya he visto lo útiles que se vuelven
pero a veces quisiera enseñarte cada cosa
como cuando éramos más pequeños,
quisiera volver a jugar despreocupado,
revolviendo la habitación,
o viajando por el corredor
hasta quedarnos cansados,
hoy sigues teniendo esa mirada inocente,
que bueno es verte y saber que estás bien.

jueves, 26 de abril de 2018

Un sitio al despertar

Ahora voy a entrar para perderme
en el deseo que devora los miedos,
dejando huellas de perfume
sobre nuestra piel expuesta,
ahora voy en un acto indefenso
a donde no hay movimiento,
solamente una calma mortal
que se entretiene brillando,
si es que se agitan las aves
será por la brisa que nace
cuando pronuncio tu nombre
y dejo que mis alas trepen el cielo,
sé que puedes oír la respuesta
de mis manos, tus latidos, nuestros labios,
estas palabras son un bálsamo que cura
y que despierta tu paraíso en mí.