sábado, 28 de julio de 2018

Súplica del yo perdido

Hombre de lata, ya ni tu corazón responde,
contesta, las sombras que quedan se quieren enterar,
la melodía silenciada por un grito vacío y pobre,
se cuelga de la razón, ya ninguno vuelve a su hogar,
el alma se quiebra en múltiples ecos,
cuando se venden todos los deseos.

Hombre de lava, solo te comes lo que está vivo,
y mientras más creces, más te adornas y consumes,
en poco tiempo solo quedará un lamento tibio,
los últimos rescoldos de un corazón que sufre,
ya verás, la fuerza y la ambición se acaban,
abandonan el cuerpo aún de los que más aman.

Hombre de polvo, tú mismo te has perdido,
rodeado de singulares formas que solo estorban,
debes volver y buscarme ahora, te lo exijo,
en alguna parte, afuera o adentro de las sombras,
donde convergen las aguas y las aves se alimentan,
donde el sol no puede entrar y los minerales charlan.

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