sábado, 27 de mayo de 2017

Pequeña ave

Pequeña ave de tono y sencillez,
ven y desdobla mi quietud,
trina en mis palabras,
cántame al oído
y entre los espacios
de llanto y nostalgia
dale luz a un instante.
¡Canción de gratitud y serenidad!

Tú que puedes,
húndete en el pasto,
báñate en la lluvia,
bésate con las flores,
marcha y busca tu alimento,
vaga en las montañas,
sube entre las nubes,
baja a los abismos,
juega entre los vientos
y con las corrientes
llega a los confines
donde las inquietudes
circulan como suspiros entre tus alas,
pues no comprendes
nada más allá de la luz de la mañana.

Te posas en las ramas, en los bordes y en las cimas
y ahí donde impera tu canto,
donde tus plumas resplandecen
y tú corazón se enzarza,
haces tú nido
y eres libre de volver y no volver,
hacer tuyos los caminos,
como yo lo hice ayer
como lo soñé esta mañana.

Por favor, no abandones mi casa
¿Harías tu nido aquí?
Acompáñame hasta el fin de mí tiempo,
si yo pudiera, escaparía colgado de tu ala,
pero estoy atado a esta tierra,
al igual que tú estoy desprotegido a su llamado,
no somos más que las hojas,
arrastradas por el viento
en espera de un descanso
y nuestros días valen lo mismo bajo el sol,
pero tú, pequeña ave de candor y luz,
naciste libre de estos desvelos,
tú no posees nada
y no necesitas saber,
si acaso hay un propósito,
o un antes o un después.

Si te quedaras aquí conmigo,
contemplaría y escribiría a tu libertad,
¡A tu candor y tu tono y sencillez!
… Pero te privaría de ser.
¿Quién soy yo para tomarte
y hacerte mía?
Oh pequeña ave, por favor vuelve,
cuando tu más lo desees.
Ya que sería preferible morir,
antes que arrebatarnos,
a ti de ser ave del cielo,
y a mí de ser hombre del mundo.

Pequeña ave
Artista: Karla Maike Robles Cano

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