viernes, 18 de septiembre de 2020

Los pendientes de la reina

Arbusto que con flores me desmayas,
tus cabellos como hojas lanceoladas
perennes frente al sol y las heladas,
te brotan dones como dulces bayas.

Son pedúnculos tus pestañas finas,
iris fucsia tu cáliz que sujeta
de cuatro sépalos corola quieta,
rojo suave las mejillas divinas.

Angélica inocencia es tu perfume,
de pétalos purpúreos es tu boca
grácil llama que aviva y me consume.

Amor bueno que me guías al androceo,
mar de dicha que en mi alma desemboca
hazme siempre de este buen amor ser reo.

Planta Fuchsia, Pendientes de la Reina.


martes, 15 de septiembre de 2020

Un sueño horrible

Sus gritos se metieron en mi pecho

como un cuchillo que penetra la carne,

desperté y corrí a su habitación.

 

Mi amor, todo está bien

mírame, estoy aquí contigo,

solo ha sido un sueño.

 

Mami, mami,  tengo mucho miedo

tuve un sueño horrible,

soñé que moría y no hacías nada.

 

No, no mi amor, tranquila, está bien

estoy aquí, no va a pasarte nada,

jamás dejaría que te pase algo malo.

 

¿No vas a dejar que me maten?

 

No mi amor, por favor,

no temas, nadie va a lastimarte.

 

¿Vas a protegerme siempre mami?

 

Así es mi vida, siempre,

pase lo que pase yo estaré contigo.

 

Su cabeza reposó sobre mi pecho

como un diamante sobre un almohadón,

acaricié su rostro y besé su frente.


¿Y si me toman y me llevan lejos,

muy lejos de ti y no ves nunca más?

 

Aquellos gritos se hicieron míos,

corrían sin control por toda la casa.

 

Y hacen conmigo cosas malas,

y me hacen llorar mucho, mucho,

hasta que se seca mi cuerpo

y ya no puedo llorar más.

 

Sus palabras ahogaron mi voz

mientras yo exhalaba pedazos de mí.

 

Y si me quedo sola en el frío

donde nadie pueda verme,

hasta que pasan muchos días

y me quedo en la podredumbre.

 

El miedo se volvió cólera,

y descendí hacia un abismo insufrible.

 

Y si mi cuerpo se afloja y se despega

hasta que ya no siento nada,

donde todo está oscuro

y me quedo sola ahí en la nada.

 

Y ahora las lágrimas en su rostro

eran las lágrimas de mis ojos.

 

Yo sé que fue un sueño, pero…

¿Me protegerías de algo así mami?

¡Sí! Yo voy a protegerte mi amor,

yo voy a protegerte siempre, siempre.

 

Hice con mis brazos una suave e irrompible tela,

nos arropamos las dos con ella

y de mi alma surgió una simple oración,

dormimos juntas esa noche.