martes, 15 de septiembre de 2020

Un sueño horrible

Sus gritos se metieron en mi pecho

como un cuchillo que penetra la carne,

desperté y corrí a su habitación.

 

Mi amor, todo está bien

mírame, estoy aquí contigo,

solo ha sido un sueño.

 

Mami, mami,  tengo mucho miedo

tuve un sueño horrible,

soñé que moría y no hacías nada.

 

No, no mi amor, tranquila, está bien

estoy aquí, no va a pasarte nada,

jamás dejaría que te pase algo malo.

 

¿No vas a dejar que me maten?

 

No mi amor, por favor,

no temas, nadie va a lastimarte.

 

¿Vas a protegerme siempre mami?

 

Así es mi vida, siempre,

pase lo que pase yo estaré contigo.

 

Su cabeza reposó sobre mi pecho

como un diamante sobre un almohadón,

acaricié su rostro y besé su frente.


¿Y si me toman y me llevan lejos,

muy lejos de ti y no ves nunca más?

 

Aquellos gritos se hicieron míos,

corrían sin control por toda la casa.

 

Y hacen conmigo cosas malas,

y me hacen llorar mucho, mucho,

hasta que se seca mi cuerpo

y ya no puedo llorar más.

 

Sus palabras ahogaron mi voz

mientras yo exhalaba pedazos de mí.

 

Y si me quedo sola en el frío

donde nadie pueda verme,

hasta que pasan muchos días

y me quedo en la podredumbre.

 

El miedo se volvió cólera,

y descendí hacia un abismo insufrible.

 

Y si mi cuerpo se afloja y se despega

hasta que ya no siento nada,

donde todo está oscuro

y me quedo sola ahí en la nada.

 

Y ahora las lágrimas en su rostro

eran las lágrimas de mis ojos.

 

Yo sé que fue un sueño, pero…

¿Me protegerías de algo así mami?

¡Sí! Yo voy a protegerte mi amor,

yo voy a protegerte siempre, siempre.

 

Hice con mis brazos una suave e irrompible tela,

nos arropamos las dos con ella

y de mi alma surgió una simple oración,

dormimos juntas esa noche.

No hay comentarios.: