domingo, 23 de abril de 2017

Lux In Tenebris

¿Dónde estoy?
Me han tomado y me han puesto en soledad,
me han tomado y me han puesto en tinieblas,
estoy sediento y cansado,
tengo frío y mis ojos se apagan,
no sé si podré seguir así,
me han despojado de todo lo mío,
solo conservo en mis manos un cirio
y los nombres de mi amor,
obsequios de los días de vida.

Sin darme cuenta
se ha encendido mi cirio,
el fuego me da calor y aviva mis ojos,
acaricia mis manos y mi alma,
puedo volver a percibir mi rostro,
ahora, ya no estoy solo.

De pronto, surge un viento terrible
que amenaza con arrebatarme la luz,
tengo que mantenerla viva,
la cubro con mis manos,
como un padre que sufre protegiendo a su hijo
o un hombre que se aferra a su existencia,
en sus últimos momentos de lucidez.

Cuando el viento golpea la flama
dejándola al borde de la muerte,
ella baila y resurge con ímpetu,
tan solo para volver a ser golpeada,
nunca antes había sufrido así
y siento que las horas pasan.

Esta llama es como mi vida,
tan frágil que quiere apagarse,
tan potente que quiere trascender,
ahora todo está en calma,
el viento ha detenido su fuerza
dando tregua a mi dolor.

No puedo apartar la mirada
¿Qué hay en el danzar de la llama?
¿Qué hay al contemplar esta soledad?
Es un misterio que hipnotiza,
veo mil sombras
que corren entre mis manos,
veo la vida y veo la muerte
y cuando llega el final de esta hora,
cuando penetro al fin en esta meditación,
te veo a ti, triunfante
y me deslumbras con tu gloria.

Esta es la noche,
la noche que prometiste,
cúbreme en tu luz
como un manto,
ya no tengo sed
y tampoco estoy cansado,
porque esta es la luz,
esta es la paz y el bien.

No hay comentarios.: