y déjame sentir la frescura,
acaríciame con tus ramas,
con el musgo que crece entre las fisuras,
prefiero el eco de tus voces silvestres
silbando, crujiendo y goteando
antes que los delirios urbanos,
arráncame la piel y dame una corteza,
para soltar mi vanidad y mi fatiga,
para sentir la naturaleza olvidada
de mi alma dormida que añora
el aire perfumado de tus flores.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario