martes, 18 de septiembre de 2018

Desenlace

Que placer reposa en la luz más fuerte,
que terror se asoma curioso y culpable,
al perdernos en el sobresueño del amor,
hacemos un acuerdo místico,
para vivir en el preolvido de nombres,
atándonos a la inagotable sed,
para llenarnos los ojos de cielo y estrellas
y la boca de perfumes y de fuego aural,
adentro, las almas se retransforman,
se dejan tocar en su alquimia,
en los ríos y los valles, los senderos olvidados,
las sombras y sus calles, los edificios suspendidos,
adentro, nadie duerme, la piel espera,
el llamado perpetuo de la montaña,
promesas devorándose sin dolor,
escapando como ángeles profetas,
que deseo nos hace añorar esa mirada,
para volvernos cosas y algunos personas,
que necesidad nos gobierna hasta morir,
baila y canta, hasta fundirnos en ámbar.

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