sobrecogido en las maravillas,
sentí como atravesaban mi piel
incline mi alma para agradecer,
la piedad de luz y sombra
que unge mi voz y carne,
aún en mi soledad orgánica
sigo siendo capaz de percibir,
el intercambio de materia y energía
su comunicación ordenada,
la respiración profunda y universal
que me sostiene y me libera.
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