martes, 16 de abril de 2019

Sobre el manto

En los suelos hay cicatrices
hechas por garras ardientes
que no conocen la moderación,
pertenecen a una bestia sin culpa
fácil de provocar por la Naturaleza
pero aún más de perder el control,
con sus fauces consume el aire
movida por el hambre eterna
hecha de deseos infernales
que arrojan Cuerpos al llanto,
un vino amargo que no se acaba
y que uno ha sido obligado a beber,
sentados para contemplar los fósiles
estas cenizas arrojadas sin piedad.
Pero sé que la Tierra nos habita,
volverá la Madre a confortar
y el verdor para borrarnos.

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