lunes, 15 de enero de 2018

Laura

El transporte recorre la avenida,
Laura va, ya regresa de la escuela,
sentada, ignorando todo sin querer,
el tiempo no la puede alcanzar,
Laura se pierde, solo queda su cuerpo,
siguiendo una rutina que no tiene fin,
sus ojos distantes reflejan
anhelos en su iris de miel,
su piel de avellana clara
está cubierta de lamentos,
su cabello teñido de otoño
cae hasta su mentón
y sus grandes labios
lo dicen todo con suspiros,
es tan hermosa su tristeza,
como flores en la nieve,
inconsolables que no mueren,
quizás sueña que nadie la mira,
que hace el amor o que baila,
que cubre de besos los días
haciendo verdad su pasión,
que vive fuera de la ciudad
o fuera de este mundo
y se muerde los labios,
su corazón ya partió
a donde los jilgueros
no paran de cantar,
tejiendo los sueños
que cruzan montañas,
pero todo está afuera, lejos,
nadie sabe a dónde quiere ir,
nadie conoce su desilusión
ni las formas de su espera,
el transporte se detiene en la avenida,
Laura va, ya regresa de la escuela.

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