domingo, 21 de julio de 2019

Precipitación

Las gotas que fulminan el suelo
atraviesan pieles de ladrillo,
son todas como flechas de caza
destinadas a la bestia mansa
víctima de fortuita piedad.

El agua que corre por el atrio
hilvana sus cuerdas invisibles
tajadas por terribles pisadas,
se forman ondas, nuclean burbujas
voces que retornan a su cauce.

La basura sombra que se estanca
un rugido grave que ensordece
los propios instintos animales
nos exigen volver a las cuevas,
no pueden tocarme, estoy distante.

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