domingo, 28 de julio de 2019

Disculpa pública

Pido perdón al lenguaje y las palabras
por este cruel tormento indecible.

De quien se atreve a poner desorden
a medir con lenguas las sílabas
mutilar estrofas, profanar la rima
de quien persigue deseo insufrible
que se levanta y ahoga los sentidos
agita las manos, balbucea latidos.

Ayes y ayeres indescifrables
ies y aes para sumar caprichos.

Cuántos son los versos
diciendo nada o casi nada
porque algo falta, porque le harta
cuantas las veces que se dice
escribo para mí, para mi alma
y el alma no se entera todavía.

Estamos pensando la misma cosa:
piedad y conciencia, piedad y consuelo.

Pero no es culpa del que sueña
ni del cielo o de la nueva era
es un castigo irrevocable
es un don para bien y mal
de aquel que escribe y canta
que nada ni nadie debe callar.

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