sábado, 31 de octubre de 2015

Se desvanece

La mujer radiante, bella, formidable,
el hombre imponente, astuto, admirable,
ante todo se acrecienta la necesidad,
se encara con su invencible humanidad,
el hombre se contempla menester sin mesura,
la mujer se extraña a sí misma con dulzura,
ambos sufren y gozan bellamente la danza del tiempo.
Acto y palabra arrastrados como polvo en el viento,
los ojos se hunden en sus cuencas y la piel cuelga,
se debilita la memoria y el sentido, se pierde la fuerza,
con una respiración forzada se exhala sabiduría e ignorancia,
lleno de miedo y esperanza, con toda seguridad y gracia,
se desvanece.
Y si alguien se acuerda, que dicha, que consuelo,
sigue presente en el tierno recuerdo,
pero después de un tiempo…
También se desvanece.

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