martes, 12 de diciembre de 2017

El tiempo de la ausencia

Aquellas sábanas cálidas,
testigos de nuestro amor
que ofrecieron discreción,
hoy yacen sobre olvidos,
desesperando por nuestra piel,
agitando toda la necesidad,
cuerpos suplicantes de nuestros nombres,
voces de noches perdidas que no reconozco,
¿A dónde se fue el amanecer?
¿A dónde las caricias tuyas?
La lámpara con sus promesas de ayer,
hoy mismo, se ha quedado sin aceite,
te has llevado el verso precioso,
y me has dejado, la desolación.
¿Cómo ya no quieres mi sed?
Ni mi angustia, ni mi desvelo.
¿Cómo ya no quieres mis alas?
Si todo lo demás es encierro;
quizás estoy cegado por la luz,
y tu estas embebida en ilusión,
y juntos somos solo lo que pasa,
poco antes de perder la razón.

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